La sed es el ansia por beber líquidos causado por el instinto básico de humanos u otros animales para beber. Es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo[1] y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Se produce por una carencia de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales.[2]
Si el volumen de agua del cuerpo baja de un cierto umbral o la concentración osmótica es demasiado alta, el cerebro induce la sed. Si la deshidratación continúa, se pueden originar una gran cantidad de problemas; los más comúnmente asociados son problemas neurológicos y problemas renales.