Las rogaciones son, en la cristiandad occidental, oraciones, penitencias y procesiones propiciatorias, realizadas en determinados días, para el éxito de la cosecha.
Se dividen en "rogación mayor", observada el 25 de abril y "rogaciones menores" para los tres días anteriores, lunes, martes y miércoles, a la Fiesta de la Ascensión. Estos tres días previos al día de la Ascensión son para el rito romano (ocho días en el rito ambrosiano). De acuerdo con la definición del Papa Benedicto XIV (1740-1758), las rogaciones eran apropiadas para defender la vida de los hombres de la ira de un Dios que atemoriza por todas partes. Su propósito era "eliminar los flagelos de la justicia de Dios y atraer las bendiciones de su misericordia sobre los frutos de la tierra".[1]