El narcisismo es un tipo de personalidad caracterizado por tener una preocupación excesiva hacia uno mismo y las propias necesidades, a menudo a expensas de otros.[1][2]
En términos psicoanalíticos se ha definido como el amor que se dirige un sujeto a sí mismo.[3]
Toma su nombre del mito griego de Narciso, quien se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua y se ahogó al intentar besarla.[4]
El narcisismo existe a lo largo de un continuo que va desde la expresión normal de la personalidad hasta una expresión anormal.[5]
Mientras que muchos psicólogos creen que un grado moderado de narcisismo es normal y saludable en los seres humanos, hay también formas más extremas, observables de manera particular en personas que son egocéntricas en exceso o que tienen un trastorno mental tal como el trastorno narcisista de la personalidad, en el que la tendencia narcisista se ha vuelto patológica,[5][6] llevando a un deterioro funcional y una discapacidad psicosocial.[7]
Como señalan Grapsas y cols. (2020), los narcisistas suelen creer que son superiores a otros y a creerse merecedores de un tratamiento especial sin que hayan hecho nada para merecerlo, además de esforzarse en impresionar a otras personas, arreglándose para atraer su atención, alardeando sobre sí mismos y sobre sus talentos y habilidades, y a la vez mostrándose combativos, beligerantes, ofensivos, despreciativos e intimidantes.[8] Así, si bien se puede aludir a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, el narcisismo puede también manifestarse como una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que el paciente sobrestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación.
En su uso coloquial designa un enamoramiento de sí mismo o vanidad basado en la imagen propia o ego. La psicología humanista considera que el narcisismo patológico coincide con una autoestima baja o errónea.[9]