El Neocreacionismo es un movimiento con el objetivo de reafirmar el creacionismo en unos términos con más probabilidades de ser bien recibido por el público, los políticos, los educadores y la comunidad científica. Su objetivo es encuadrar el debate sobre los orígenes de la vida en términos no religiosos y sin apelaciones a las Escrituras. Tiene su origen en una respuesta de los creacionistas en la sentencia del caso Edwards contra Aguillard de 1987 de la Corte Suprema de Estados Unidos que dice que el creacionismo es un concepto inherentemente religioso y que defenderlo como «correcto» o «preciso» en los planes de estudio de las escuelas públicas viola la Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.[1][2][3][4]
Una de sus principales afirmaciones es que la ciencia sería solo aparentemente objetiva, presentándose de una manera ortodoxa y basada solo en el naturalismo; por lo cual se comportaría en realidad como una "religión" dogmática atea.[5] Para ello, sus defensores argumentan que el método científico aplicado por la comunidad científica excluiría ciertas explicaciones de los fenómenos, sobre todo cuando apuntan a elementos sobrenaturales (que no estudian las ciencias naturales), y por ello excluye así efectivamente una visión religiosa que contribuiría a la comprensión del universo. Esto conduce a una oposición abierta y con frecuencia hostil a lo que ellos llaman «darwinismo», que normalmente se entiende referido a la evolución, pero que se puede extender a conceptos como la abiogénesis, la evolución estelar y la teoría del Big Bang.
Las organizaciones neocreacionistas más conocidas en los EE. UU. son el Discovery Institute y su Center for Science and Culture. Sin embargo a pesar de sus críticas, los neocreacionistas aún no han establecido una verdadera línea reconocida de investigación científica, y por ello hasta ahora no tienen legitimidad científica ni académica, incluso entre muchos académicos de universidades cristianas evangélicas.[6]
El neocreacionismo está considerado por Eugenie Scott y otros críticos como la forma más exitosa de irracionalismo.[4] La principal "teoría" del neocreacionismo es la "teoría" del diseño inteligente.[7] Una segunda teoría es la aparición súbita[4] que afirma que la primera vida y el universo aparecieron bruscamente, y que las plantas y los animales aparecieron de repente con formas complejas.[8]