El garo (del latín garum, y este del griego γάρον)[1] es una salsa de pescado preparada con vísceras fermentadas de pescado muy extendida en la gastronomía romana. Se empleaba por los habitantes de la Antigua Roma, principalmente, para condimentar o acompañar gran cantidad de comidas, aunque se usaba asimismo en medicina y cosmética.
El arqueólogo Michel Ponsich, en su libro "Aceite de oliva y salazones de pescado: factores geo-económicos de Bética y Tingitania" (1988), sostiene que el garum era considerado un producto curativo en el tratamiento de quemaduras, eczemas, disentería, úlceras, limpiar heridas y curar dolencias de oídos. Asimismo, destaca el autor, se lo consideró un producto afrodisíaco tal vez por su alto contenido de nitrógeno.
Los romanos emplearon el garo de forma semejante a como hoy en día utilizan las cocinas asiáticas la salsa de soja.[2] En lugar de verter unos granos de sal sobre la comida, se ayudaban del garo para proporcionar un sabor salado a los alimentos. Hoy en día se sabe de su composición por las descripciones confusas y ambiguas de Apicio que aparecen en la obra de De re coquinaria.[3]